domingo, 28 de diciembre de 2008
La Reconquista III: El surgimiento de León
lunes, 22 de diciembre de 2008
La Reconquista II: El inicio
Al invadir los moros la península, ésta cayó rápidamente en sus manos, menos una pequeña área del Norte, un rincón habitado por pueblos muy peculiares. ¿Qué tenían de especial estas pequeñas poblaciones, que lograron contener el arrollador avance musulmán, mientras en ello mismo habían fracasado el enorme imperio bizantino y la monarquía visigótica? Es esta una pregunta muy interesante, y para responderla debemos primero remontarnos a tiempos muy anteriores.
Los orígenes
Al irrumpir los romanos en la península hallaron una variedad de pueblos impresionante. El Sur era habitado por una mezcla de pueblos mediterráneos. Fenicios directamente llegados de Tiro; fenicios nacidos en Cartago; pequeñas colonias griegas en la costa levantina; y los denominados iberos, mezcla extraña de grupos que cruzaron el estrecho de Gibraltar desde tiempos prehistóricos.
El Norte era habitado por pueblos de origen predominantemente céltico, totalmente diferente a los anteriores lingüística, cultural y hasta racialmente.
El Sur de la península fue rápidamente sometido por los romanos, proceso iniciado desde la expulsión de los cartagineses con las Guerras Púnicas. Pero el Norte demostró mucho mayor resistencia. Tomó nada menos que al mismo César Augusto once campañas dominar la mayor parte de la región. Vascones, galaicos, cántabros y sobre todo astures presentaron una resistencia formidable. ¿Cómo olvidar las andanzas de Corocotta y las viciscitudes de su pueblo? Cito a Rafael Manzano: "Las batallas fueron terribles; las noticias que nos suministra Estrabón nos hacen asistir a espantosas escenas; los cántabros, crucificados por los romanos, mueren entonando himnos guerreros. Rehusan las luchas campales, acogiéndose a las guerrillas y los ataques por sorpresa, valiéndose de su conocimiento de la geografía de su terreno. Los romanos, obligados a pelear contra un enemigo invisible y que parece multiplicarse, se fatigan y enervan." Desesperado, César Augusto pone precio a la cabeza de Corocotta: 250,000 sestercios. "Y se produce el caso asombroso de que es el mismo Corocotta el que baja de las montañas y extiende ante Augusto su mano para recoger el premio. Y Augusto se lo otorga, bajo promesa de sumisión a Roma."
Y así contamos con decenas de anécdotas que nos dejan perplejos ante la forma de ser de estos pueblos del Norte de España, belicosísimos por naturaleza, por necesidad y por tradición.
Covadonga
sábado, 20 de diciembre de 2008
La Reconquista I: La invasión islámica
miércoles, 22 de octubre de 2008
La Leyenda Negra
El Batallón de San Patricio
martes, 21 de octubre de 2008
Poinsett
- Imponer el liberal sistema democrático federalista y eliminar el centralista. Esto con el fin de asegurar un gobierno servil en México, cuyo sistema jurídico favoreciera los proyectos estadounidenses.
- Provocar el choque entre las altas esferas gubernamentales, lo que se reflejaría en decenas de guerras civiles. Esto para que no hubiera estabilidad y progreso y así asegurar que México no se consolidara como una nación fuerte económica y militarmente.
- Eliminar el catolicismo, que siempre ha sido el factor de unidad cultural y espiritual más importante de los países latinoamericanos. Con esta medida se fomentaría una terrible división, cuya consecuencia sería facilitar la absorción de México por Estados Unidos. Además, recordemos la mentalidad imperante en el gobierno estadounidense de aquel momento, protestante radical, que consideraba el catolicismo como una superstición degradante propia de los pueblos inferiores.